Este examen está especialmente dirigido a:
– Personas con antecedentes familiares de diabetes.
– Aquellos con historial de hipertensión arterial (HTA).
–  Pacientes con miopía.
–  Personas con antecedentes familiares de degeneración macular.
–  Aquellos que nunca se han realizado un estudio de retina.

El examen es llevado a cabo por un Tecnólogo Médico en Oftalmología y consta de los
siguientes pasos:
1. Historia Clínica: Se recopilan antecedentes relevantes sobre la salud ocular y
general del paciente.
2. Fotografía de la Retina: Utilizando un equipo especializado, se toma una
fotografía de alta resolución de la retina. Esta imagen permite visualizar estructuras
internas y detectar cambios que podrían indicar problemas como retinopatía
diabética, daños por hipertensión o signos de degeneración macular.
3. Tomografía de Coherencia Óptica (OCT): Este examen adicional proporciona
imágenes en 3D de la retina, permitiendo un análisis más detallado de las capas
retinianas y la identificación de patologías como edema macular y cambios
degenerativos.
4. Análisis de Resultados: Las imágenes obtenidas, tanto de la fotografía como de la
OCT, son analizadas por un especialista, quien podrá identificar cualquier anomalía
y recomendar el tratamiento adecuado si es necesario.

La detección temprana de problemas en la retina es crucial, ya que muchas afecciones
pueden progresar sin presentar síntomas evidentes. Un diagnóstico oportuno puede prevenir
la pérdida de visión y mejorar la calidad de vida. Además, el examen de retina es una parte
vital de la atención integral para personas con condiciones de riesgo.

Si perteneces a alguno de los grupos de riesgo mencionados o simplemente deseas
asegurarte de que tu salud ocular esté en óptimas condiciones, no dudes en solicitar un
examen preventivo de retina. La salud de tus ojos es fundamental, y este examen es un paso
importante para garantizarla.